Es importante comenzar por definir que son actitudes:
Son formas habituales de pensar, sentir
y comportarse de acuerdo a un sistema de valores que se va configurando
a lo largo de la vida a través de las experiencias de vida
y educación recibida. De acuerda a Alcántara (1992),
las actitudes son el sistema fundamental por el cual el ser humano
determina su relación y conducta con el medio ambiente. Son
disposiciones para actuar de acuerdo o en desacuerdo respecto a
un planteamiento, persona, evento o situación específica;
dicha de la vida cotidiana.
ACTITUDES Y CONDUCTAS, UNA COSA LLEVA A LA OTRA:
A una persona de la cual, se conoce cuáles son sus actitudes no se puede
predecir cual va a ser su conducta. Son muy pocos los casos en los que se puede
establecer relaciones entre actitudes y conducta. Para poder llegar a prever una
conducta, hay que conocer muy profundamente unas actitudes muy específicas.
Normalmente lo que la gente dice sobre sus propias actitudes suele ser mentira y
esto sucede porque no conocemos casi ninguna de nuestras actitudes respecto a
los objetos. Y no conocemos estas actitudes hasta que tenemos que actuar frente
a un objeto. Con esto se deja aún más claro que las actitudes no influyen tanto
en la conducta, es más, a veces, incluso son las conductas las que determinan
las actitudes. Esta relación entre conducta y actitud está sometida por lo que
los psicoanalistas llaman el “deseo inconsciente”.
Existen diferentes tipos de actitudes que describimos a continuación:
Actitud desinteresada: la persona que posee esta
cualidad de moverse en la realidad, no se impacienta por el beneficio
que pueda traerle tal hecho o actividad a su vida; su eje de orientación
se distingue dirigido a la otra persona, con total empatía, que no pasa
a considerarla una herramienta, sino una conclusión. Las cualidades
necesarias para que se de este tipo de actitud, son la solicitud y
aprobación, la apertura, y encontrarse en servicio disponible.
Actitud manipuladora: se refiere a personas que no
consiguen progresar por sus propios medios; por esta razón buscan a
otro, lo utilizan como un instrumento, de modo que el cuidado que se le
confiere, desde un principio tuvo como fin: la investigación para su
propio beneficio.
Actitud emotiva: se produce cuando las personas en
cuestión, conocen de una manera más personal al individuo, por esto su
trato es afectuoso, rozando la franja emocional de ambos. El afecto, el cariño, el enamoramiento, son emociones más fuertes y más
íntimas o particulares, que se hallan ensambladas a una condición de
generosidad.
Actitud interesada: cuando un individuo quiere
llegar a un fin determinado, y posee este tipo de actitud, lo
confirmadamente factible es que se beneficie de los lazos que tiene con
diferentes personas como una táctica para conseguir su objetivo.
Actitud integradora: con ésta se pretende conseguir
la unión de las personas, a través de la comunicación que se origina
entre individuos, buscando con esto, concebir su universo íntimo y su
bien.
Se pueden distinguir actitudes para o en el trabajo: Satisfacción en el trabajo: hace referencia a la
forma global en que la persona se encuentra enfocada hacia la labor que
ejecuta. Si se conoce que el sujeto se considera satisfecho con el
compromiso que perpetra, manifestará una clara manera positiva de
referirse hacia el mismo. Compromiso con el trabajo: se trata del nivel en que
un individuo se identifica con el trabajo que se encuentra cometiendo.
Esto lo manifiesta, trabajando de forma activa, denotando un evidente
interés por la ocupación que desempeña. Empleados con estas
características engloban una menor porción de ausentismo y sobretodo de
renuncia. Compromiso organizacional: con esto se quiere
entender en qué grado un empleado se equilibra con una organización
determinada y con las metas a realizar, asimismo, se pone en juego
también la ambición por permanecer en ella como parte de sus
integrantes.
Además se utiliza una clasificación, para encasillar a las personas según se desarrollen de manera:
Proactiva: este tipo de actitud se observa en un
individuo motivado en concretar el propósito de alcanzar los objetivos
anhelados, tanto en el ámbito laboral, como en relación a sus objetivos
personales. Siempre encuentra soluciones a inconvenientes, nada lo
frena. Esta motivación lo lleva a tomar iniciativa y realizar acciones
sin que nadie se lo tenga que comunicar (ej. un jefe).
Negativa: absolutamente todas las actividades o
labores que efectúan o plantean, se encuentran (según esta actitud)
rociados de desperfectos, que este tipo de personas son expertas en
descubrir.
Reactiva: a este tipo de sujetos les encanta seguir
reglas predeterminadas, por lo que realizan su trabajo como mejor lo
consiguen, pero siempre están a la expectativa de aceptar mandatos con
instrucciones explicitas. Tienen muy poca capacidad de seguridad e
iniciativa, asumiendo como consumación de sus tareas, la limitación
instaurada por él mismo de solo limitarse a desempeñar trabajo para
lograr su objetivo y la sensación de sentirse útil como persona.
Colaboradora: se lo conoce como una persona que
siempre se encuentra motivada y dispuesta a ayudar, en lo que sea
necesario para conseguir la conclusión de sus objetivos, desde el primer
momento que se le presente. Se la observa en un plano más alejado,
siempre detrás de un empleado principal, en un plano de tipo secundario.
Pasiva: dentro de un grupo es fácil de identificar,
siempre prefiere pasar desapercibida, sin realizar ningún tipo de
esfuerzo que signifique alcanzar algún fin
¡TODO EN TU VIDA VA A DEPENDER DE LA POSITIVIDAD O NEGATIVIDAD CON QUE LO MIRES!
Los valores en la vida del ser humano son lo más importante, ya que dependiendo de su formación familiar, escolar y social se va a desarrollar y desenvolver normal o anormalmente.
Desde que nacemos, hasta que finalizamos nuestro ciclo natural de vida, debemos estar preparados para adaptarnos y aprender de cualquier situación que se nos presente, pues de ésto, se trata la vida, de aprender de cada situación para luego aplicar la experiencia frente a cualquier problema. Los valores más importantes son:
ALEGRÍA:
Sentimiento de placer que tiene una
persona cuando se produce un suceso favorable o cuando obtiene una cosa
que deseaba, y que suele expresarse externamente con una sonrisa, con
risas, etc.
BONDAD:
Inclinación natural a hacer el bien. Dulzura, afabilidad, cualidad de bueno.
AMABILIDAD:
Actitud afable, cortés y gentil hacia los demás.
AMISTAD:
Relación de confianza y afecto desinteresado entre personas.
Afecto personal, puro y desinteresado.
CARIDAD:
Sentimiento o actitud que impulsa a
interesarse por los demás y a querer ayudar a los necesitados. Virtud
que tiene por objeto el amor de Dios y del prójimo.
AMOR:
Vivo afecto o inclinación hacia una persona o cosa. Valor positivo de gran afecto entre personas.
COMPAÑERISMO:
Actitud leal y solidaria propia de compañero.
DISCRECIÓN:
Reserva o cautela para no decir
algo que se sabe o piensa. Cualidad de una persona que se caracteriza
por su moderación, prudencia y sensatez.
COMPRENSIÓN:
Actitud tolerante y respetuosa hacia los sentimientos o actos de otra persona.
EDUCACIÓN:
Comportamiento adecuado a las normas sociales. Conjunto de conocimientos y habilidades que tiene una persona.
COMPROMISO:
Responsabilidad u obligación que se contrae.
EDUCACIÓN:
Comportamiento adecuado a las normas sociales. Conjunto de conocimientos y habilidades que tiene una persona.
CONFIANZA:
Cercanía, facilidad y sinceridad
en el trato entre amigos, parientes u otras personas Esperanza firme que
se tiene de una persona o cosa. Seguridad que uno tiene en sí mismo.
ESFUERZO:
Empleo enérgico de la fuerza física. Empleo enérgico del valor o actividad del ánimo.
Ánimo, vigor, valor. Empleo de elementos costosos en la consecución de algún fin.
CONSIDERACIÓN:
Respeto o atención con el que se trata a una persona o cosa.
ESPERANZA:
Confianza de lograr una cosa, de que la cosa deseada se realice.
CONSTANCIA:
Dedicación y firmeza en las
actitudes y las ideas o en la realización de las cosas. Firmeza y
perseverancia del ánimo. Efecto de hacer constar alguna cosa de manera
fehaciente.
FE:
Adhesión de la razón y de la voluntad a verdades que solo son accesibles por mediación de otras personas o del mismo Dios.
IGUALDAD:
Cualidad de dos cosas o personas
iguales, que tienen las mismas características en cuanto a su
naturaleza, cantidad, forma o cualidad.
Correspondencia y proporción que resulta de muchas partes que uniformemente componen un todo.
FORTALEZA:
Vigor cardinal que confiere valor
para soportar la adversidad, para resistir las pasiones y para acometer
los peligros que rodean la práctica de la virtud.
LIBERTAD:
Facultad de las personas para
actuar según su propio deseo en el seno de una sociedad organizada y
dentro de los límites de reglas definidas
HONESTIDAD:
Cualidad de la persona honesta. Decencia, decoro. Recato, pudor.
HONRADEZ:
Cualidad de la persona honrada, que actúa conforme a las normas morales, diciendo la verdad y siendo justa.
HUMILDAD:
Cualidad del carácter de una
persona que le hace restar importancia a sus propios logros y virtudes y
reconocer sus defectos y errores
PAZ:
Estado de tranquilidad y sosiego. Estado de una nación que no está en guerra.
SOLIDARIDAD:
Apoyo a una causa o al interés de otros
TOLERANCIA:
Respeto a las opiniones, ideas o actitudes de los demás, aunque no coincidan con las propias.
PERSEVERANCIA:
Dedicación y firmeza en las actitudes e ideas o en la realización de las cosas
VALENTÍA:
Valor, energía y voluntad para afrontar situaciones difíciles o adversas.
RESPETO:
Consideración y reconocimiento del valor de una persona o de una cosa que nos conduce a no faltar a ella.
SINCERIDAD:
Falta de fingimiento en las cosas que se dicen o en lo que se hace.
Por otra parte, tenemos el perjuicio, se define como: Un perjuicio, por lo tanto, es lo que sufre una persona o una entidad cuando es víctima de un daño. Por ejemplo: “El despido de María me provocó un perjuicio: ahora tengo el doble de trabajo, pero sigo ganando lo mismo que antes”, “La petrolera ha generado grandes perjuicios a los vecinos que viven a orillas del río y que deben soportar la contaminación”, “Los empresarios del sector sostienen que las medidas económicas del gobierno les causan serios perjuicios”.
Los perjuicios pueden ser materiales o simbólicos.
Si un conductor ebrio choca su vehículo contra el frente de una casa,
habrá provocado un perjuicio material: la reparación de los daños
sufridos por la construcción exige el desembolso de dinero.
En cambio, si un periodista difama a un colega diciendo que es
mentiroso y que carece de ética, le habrá generado un daño simbólico. En el ámbito del derecho, se entiende por perjuicio a un menoscabo que requiere de la indemnización
de quien lo genera. Esto quiere decir que la persona que provoca el
perjuicio debe pagar (indemnizar) a la víctima. Por extensión, se conoce
como perjuicio a la indemnización en sí misma. Bajo la óptica del derecho, el perjuicio se califica según haya sido causado de manera culposa (por negligencia, pero sin intención) o dolosa (con la voluntad de cometer el daño).
Estereotipos:
Desde la Psicología Social se han elaborado teorías del estereotipo y
del prejuicio que han ayudado al esclarecimiento de cómo las personas
construimos la diferencia y legitimamos conductas discriminatorias. El
hecho de que formemos parte de un grupo y no de otro tiene mucho que ver
con la idea que nos vamos formando de nuestro grupo (endogrupo) y de
los que no formamos parte (exogrupos). Ponemos en competición el primero
con los segundos estableciendo categorías, construyendo nuestra
identidad a partir de las pertenencias grupales y comparando nuestro
grupo con los otros. Así cuando ponemos en competición el endogrupo con
el exogrupo estamos discriminando, de tal modo que somos capaces de
atribuir al exogrupo
categorías sociales que no tienen ningún referente objetivo. Así podemos
calificar a todos los gitanos como sucios. Es lo que se denomina
esencialismo subjetivo (Rodríguez Pérez y Rodríguez Torres, 2002), por
el que todos los miembros de un grupo específico tienen algo en común,
que es lo que lo distinguen de los demás grupos. Del mismo modo, las
personas tendemos a pensar que la esencia humana es patrimonio de
nuestro grupo y, en consecuencia, deshumanizamos, en cierta medida, a
los otros grupos.
La Psicología Social sustenta este comportamiento discriminatorio en los
estereotipos sociales, que son “creencias compartidas acerca de un
conjunto de características que se atribuyen a un grupo humano. El
estereotipo es una imagen mental, muy simplificada en general, de alguna
categoría de personas o institución que es compartida, en sus
características esenciales, por un gran número de personas” (Elosúa,
1994, 22).
Los estereotipos van frecuentemente acompañados, aunque no
necesariamente, de prejuicios, de una predisposición favorable o
desfavorable hacia cualquier miembro de la categoría en cuestión sin
haber tenido una experiencia anterior en la que basar dicho juicio.
Aunque hay prejuicios que yo puedo tener ante determinadas personas, lo
que aquí nos interesa son los prejuicios sociales, los que expresan una
actitud negativa hacia un determinado grupo.
Los estereotipos sociales se originan según un proceso cognitivo básico
de categorización que se da la hora de percibir y estructurar el medio
ambiente. El proceso de categorización consiste en la ordenación y
agrupación de los objetos del medio ambiente en distintas categorías,
con el objeto de simplificar la complejidad del entorno. Este proceso de
categorización es activo y puede
llegar a mantener el sistema de valores predominante en un grupo o
cultura particular. Los estereotipos no sólo tienen funciones cognitivas
sino que contribuyen a la creación y mantenimiento de ideologías de
grupo, que explican o justifican acciones sociales contra esos grupos
externos.
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